SISTEMA DIGESTIVO
El
sistema
digestivo es el
encargado de digerir los
alimentos que tomamos, haciéndolos aptos para
que puedan ser primero absorbidos y luego asimilados. El sistema digestivo
comprende el tubo digestivo y las glándulas anejas. El tubo digestivo es un
largo conducto que se extiende desde la boca, que es un orificio de entrada,
hasta el ano, que es el orificio terminal o de salida de los residuos de la
digestión. En el tubo digestivo se distinguen la boca, la faringe, el esófago,
el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso.
Cavidad Bucal
La boca es una cavidad en cuyo interior están la lengua y los dientes. La lengua es un órgano
musculoso en el que reside el sentido del gusto. Los dientes son piezas duras
encajadas en los orificios o alvéolos de los huesos mandibulares. La parte inferior del
diente se llama raíz y la porción libre externa se llama corona, figurando
entre ambas una zona llamada cuello. Existen tres clases de dientes; los
incisivos, los caninos, los premolares y los molares. El hombre adulto posee treinta y dos dientes,
dieciséis en cada mandíbula; cuatro incisivos, dos caninos, cuatro premolares y
seis molares.
Faringe
La faringe es una cavidad músculo-membranosa situada en el fondo de la boca y
con la cual comunica. La faringe comunica a su vez con las fosas nasales
mediante dos orificios, llamados coanas, y con el oído medio mediante las trompas de
Eustaquio.
Esófago
El esófago es un tubo que va desde la faringe hasta el estómago. Desciende
verticalmente entre la tráquea y la columna vertebral, atraviesa el diafragma y
comunica con el estómago por un orificio llamado cardias. El estómago es un
ensanchamiento del tubo digestivo en forma de fuelle de gaita alargada.
Estómago
El estómago está situado debajo del diafragma. En la pared del estómago hay
fibras musculares lisas, oblicuas, longitudinales y circulares, y su interior
no es liso, sino que presenta arrugas y pliegues. Además está tapizado por una
túnica mucosa en la que están instaladas las glándulas encargadas de segregar
el jugo gástrico.
Intestino
Es un tubo de unos ocho metros de
longitud situado a continuación del estómago. En él se distinguen el intestino
delgado y el intestino grueso. El intestino delgado se halla a continuación del
estómago y comprende el duodeno, el yeyuno y el íleon. En el interior del
intestino delgado existen multitud de salientes de un milímetro de longitud,
las vellosidades intestinales. En estas vellosidades circula la sangre por una arteriola y una venita, y la
linfa por un pequeño vaso llamado vaso quilífero. El intestino grueso comprende
tres regiones: el ciego, el colon y el recto. El ciego es la primera parte y se
une al intestino delgado por la válvula íleco-cecal. El ciego lleva una
prolongación lateral, el apéndice vermiforme. El colon comprende una porción
ascendente, una porción transversal y una porción descendente que termina en el
recto, que se comunica con el exterior por el ano, por donde son expulsados los
excrementos.
Funciones del sistema digestivo
La fisiología del aparato
digestivo comprende,
una serie de fenómenos motores,
secretores y de absorción, que tienen lugar desde el momento de la ingesta del
alimento, hasta la eliminación final de los residuos no útiles para el
organismo. Para ello ha de pasar el alimento por la boca, la faringe, el
esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, para terminar
con la defecación, para la cual existe el ano o esfínter anal.
Cavidad Bucal
Es la zona de recepción del alimento. En ella tienen lugar dos procesos importantes,
la masticación y la insalivación.
La masticación se define como el conjunto de movimientos de la cavidad bucal
que tienen como fin ablandar, triturar, moler, rasgar y cortar los alimentos y
mezclarlos con la saliva.
La mezcla de la saliva con el alimento o insalivación, se produce con el fin
de:
Disolver los alimentos. Esto permite apreciar el sabor y reconocer la
existencia de cualquier sustancia extraña, tóxica, irritante, etc...
Lubricación de los alimentos. Facilitándose así la deglución.
Inicio de la digestión de algunos hidratos de carbono, gracias a la acción de la
enzima amilasa.
Acción bactericida por efecto de la lisozima.
Mantenimiento de
la humedad en la cavidad bucal.
El volumen diario de saliva es de 1000 a 1500 cm3.
Existe una secreción de saliva basal, que se llega a multiplicar por cuatro al
ingerir alimentos. El mayor volumen secretor procede de las glándulas
parótidas, seguidas por las submaxilares.
La composición de
la saliva es la siguiente:
Agua 96%
Moco, de efecto lubricante.
Iones (sodio, potasio, cloro, fosfato, bicarbonato y calcio)
Sustancias orgánicas.(Urea, ácido úrico, hormonas).
Enzimas:
amilasa salival o ptialina (inicia la digestión de los carbohidratos), galactosidasa (descomponen la galactosa),
lisozima (destructora debacterias).
Globulina (Inmunoglobulina A).
Proteína R que protege a la vitamina B12 uniéndose a ella.
Todo ello le otorga un pH de 6.3-6.8.
El control de la secreción salival, se realiza
mediante estímulos extra orales, visión u olor de la comida, estímulos orales,
la ingestión, y estímulos nerviosos.
La deglución es el proceso por el cual, el alimento se mezcla con la saliva
(bolo alimenticio) y consta de una fase bucal, una fase faríngea, y una fase
esofágica.
Esófago
En el esófago se produce contracciones activas del músculo esofágico. Estas
contracciones son de tres tipos:
Peristaltismo primario: Se produce tras la
deglución, como consecuencia de la relajación del esfínter esofágico superior.
Esta contracción es más rápida con alimentos líquidos y calientes, que en el
caso de sólidos y fríos.
Peristaltismo secundario: Originado por la
distensión local del esófago.
Peristaltismo terciario: Muy débiles.
El esfínter esofágico inferior, tiene como principal función evitar que el contenido del estómago
vuelva al esófago. Este esfínter suele estar cerrado y se abre para dar paso al
bolo alimenticio.
Estómago
El alimento, tras pasar por el esófago llega al estómago.
Dentro de las funciones gástricas, hay que destacar la capacidad secretora, de
sustancias muy ácidas, cuya función, es la de degradar mecánica del
alimento. Al llegar la comida al estómago se realiza la mezcla y el ataque por
parte de los jugos gástricos. Además interviene en el control del apetito y
regula la flora intestinal.
Los jugos
gástricos están compuestos por agua (98%), sales, ácido clorhídrico, muco proteínas,
enzimas proteolíticas, factor intrínseco, secreciones endocrinas e
inmunoglobulinas.
Dentro de estas
sustancias destacamos el CLH (ácido clorhídrico), secretado por las células gástricas parietales, mantiene el pH
necesario, ablanda la fibrina y el colágeno, controla el paso de bacterias al
intestino y estimula la secreción de secretina, estimulador a su vez de la
secreción pancreática y biliar.
Existen tres vías
fundamentales por las que se estimula la secreción ácida. Por vía paracrina
actúa la histamina, por vía endocrina la gastrina y por vía neurocrina actúa la
acetilcolina. Estas tres sustancias liberan mensajeros que estimulan las
células perietales.
A su vez existen
inhibidores de esta secreción, como son la presencia de CLH y de grasas en el
duodeno.
A la salida del estómago existe el esfínter pilórico, cuya función es dejar
paso a las sustancias pequeñas que abandonan el estómago e impedir el paso a las
partículas grandes que son impulsadas de forma retrógrada para que continúe su
digestión.
Intestino
Delgado
El intestino delgado posee distintas funciones. En primer lugar a este nivel se
secreta moco, con la
misión de proteger la mucosa y facilitar el
tránsito intestinal. Se secretan enzimas como la enterocinasa, la amilasa, las
peptidasas, las disacaridasas y la lipasa. Secreciones endocrinas, que estimulan,
inhiben y regulan tanto la secreción como la motilidad intestinal. Se secreta a
su vez inmunoglobulinas A y M , con
carácter defensivo
y promotor del crecimiento de la flora intestinal. También hay secreciones
elaboradas fuera del intestino, como son, secreciones procedentes del páncreas
y de la vesícula biliar.
En el intestino delgado hay un tono
muscular que se convierte en movimiento por
efecto de diferentes estímulos. La motilidad intestinal tiene como finalidades
el amasado y la propulsión del quimo. Por lo tanto existen movimientos
destinados a realizar una perfecta mezcla de las partículas, unos movimientos
de propulsión, cuya finalidad es el avance y la dispersión del quimo, y unos
movimientos esporádicos y reflejos, que se producen al llegar el alimento al
estómago, que además tienen la función de arrastrar y limpiar de restos
digestivos.
En el intestino
delgado, a la altura del duodeno se neutraliza el quimo ácido que sale del
estómago y se continúa la digestión de los principios
inmediatos para posibilitar la absorción intestinal. Esto se logra gracias a la
acción de las secreciones pancreáticas (enzimas) y de la vesícula biliar
(bilis).
Como resultado de
todo esto a nivel del intestino delgado se absorbe los hidratos de carbono, proteínas,
grasas, agua, iones y vitaminas.
Intestino Grueso
Tal vez la misión más importante del colon, viene determinada por los
movimientos del mismo, caracterizados porque, favorecen el almacenamiento.
No todos los movimientos que se producen en el colon, son de propulsión,
existen movimientos de retropropulsión cuya finalidad es mantener el quimo en
el colon ascendente, para deshidratarlo y que adquiera consistencia y también
existen movimientos de masa, que son los que facilitan el avance de la masa
fecal y la evacuación.
En el epitelio cólico apenas hay
enzimas, pero si abundantes células secretoras de moco. Este se secreta por
efecto del contacto con la masa fecal y su función es proteger la mucosa de los
residuos ácidos que existen en las heces como
resultado de las distintas fermentaciones producidas a lo largo del aparato
digestivo.
Otra misión
importante del colon, es la de absorber determinadas sustancias. Estas son;
agua, sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, ácidos grasos de cadena corta, vitamina
K y algunas vitaminas del grupo B
procedentes del metabolismo de
las bacterias cólicas.
En el colon
existen gases, que pueden ser causa de problemas clínicos.
Procede del aire deglutido y de reacciones químicas
intestinales y fermentaciones bacterianas. El volumen normal no detectable es
de 200 ml, pero en un momento dado se puede llegar a 2000 ml. La eliminación es
de unos 600 ml/día en fracciones de 40 ml, lo que supone unas 15 expulsiones al
día.
La defecación,
por fin, tiene como finalidad la expulsión de los residuos de la digestión tras
la absorción de las sustancias nutritivas.
CAPAS DEL TUBO DIGESTIVO
Las
cuatro capas que componen el sistema digestivo en todo su trayecto
son: la mucosa, la submucosa, la muscular externa y la serosa. Dependiendo del
órgano, las capas de tejido varían en su estructura.
Mucosa
Es la capa interna del tubo
digestivo y está dividida a su vez en: Epitelio, que es el que está en contacto
directo con los órganos, su función se basa en proteger estas estructuras,
además de secretar y absorber. Es la lámina propia que está formada por varios
vasos sanguíneos, nódulos linfáticos y linfáticos dispersos, esta es la
encargada de sostener el epitelio y unirlo a la muscular, además de mantener la
vascularización. Y la muscular de la mucosa que está formada por fibras es la
encargada de aumentar el espesor de la superficie para promover la digestión y
absorción.
La mucosa
segrega moco, que es un material viscoso y espeso que mantiene las membranas
húmedas y flexibles.
En la
mayoría del tubo digestivo es una capa delicada de epitelio columnar simple,
mientras que en el esófago, está formada por un epitelio fuerte y
estratificado, esto hace que sea resistente a la abrasión
Submucosa
Es la capa que va inmediatamente
debajo de la mucosa. Está formada por tejido conectivo laxo, es la que une la
mucosa con la muscular externa. Es la capa más vascularizada por lo cual ayuda
a la inervación autónoma de la muscular de la mucosa.
Muscular externa
Divide su función, según su
composición, en dos partes. La primera es la muscular externa que está en la
boca, la faringe, la parte superior del esófago y el esfínter externo del ano;
en estas partes está formada por músculo esquelético, lo cual permite que haya
un movimiento voluntario. La segunda es la muscular externa que encontramos en
el resto del tracto, donde está formada de músculo liso, lo que permite los
movimientos involuntarios.
Esta capa
es la encargada de la función del peristaltismo, mediante su contracción
rítmica ayuda a desplazar el alimento a lo largo del tubo digestivo. Esta
contracción también ayuda a la mezcla de los alimentos con el jugo gástrico y a
la descomposición de las partículas alimentarias.
Serosa
es la
capa más externa, formada por tejido conjuntivo y epitelio; forma parte del
peritoneo. Se encuentra adherida a la pared de la cavidad abdominal por el
mesenterio, que es un pliegue doble y grande tejido peritoneal